298. Yo no maté a Mary Yoder 1tl3s

20 de julio de 2015, Oneida, Nueva York. Mary Yoder salió de casa a las 8 menos cuarto para empezar un nuevo día de trabajo. Tenía 30 clientes agendados ese día, así que le esperaba una larga jornada por delante. Tenía su propio negocio, Eraquiro Práctica, y cuando llegó a la consulta ya había personas en la sala de espera aguardando su llegada.

Caitlyn Conley, su recepcionista, ya había abierto el negocio y estaba haciendo las primeras gestiones del día. Desde hacía tres años era empleada de Mary, y con el paso del tiempo se había convertido en una más de la familia Yoder. Mary, a sus 60 años, mantenía un excelente estado de salud, así que nadie se esperaba lo que le iba a ocurrir ese día.

A la hora del mediodía salió de su consulta para ir a visitar a su madre, Norma, de 93 años. En 2011 se quedó viuda y Mary solía ir a visitarla regularmente. Sobre la una o la una y media de la tarde volvió a la consulta, y pese a las molestias que estaba sintiendo, siguió adelante y atendió a sus clientes. Pero el dolor de estómago llegó a un punto que le fue imposible continuar. Tuvo que cancelar las últimas visitas de ese día, y se marchó a casa a descansar. Las náuseas, los vómitos, el dolor en general, eran cada vez más intensos.

Lo que en un principio creyó que podía ser un simple virus estomacal parecía estar tornándose en algo mucho más serio. Pasó toda la mayor parte de la noche en el baño, intentando lidiar con todas las molestias que estaba sufriendo. A la mañana siguiente no notaba mejoría, más bien todo lo contrario. Estaba pálida, agotada, y Bill, su marido, no sabía qué más hacer para ayudarla. A primera hora llamaron a Liana, la hija de la pareja, ya que había estudiado medicina y ejercía como tal. El consejo fue muy claro y directo, que fuera directamente al hospital. Allí los médicos le sugirieron que pasara la noche ingresada.

Lo que sucedió durante la madrugada provocó que un caso que aparentemente parecía una simple enfermedad pasajera se convirtiera en una investigación criminal.

Hoy nos trasladamos hasta Oneida, en el estado de Nueva York, para conocer la historia de Mary Joder. Cómo la vida de esta familia cambió de repente y se vio sumergida en una investigación criminal de la noche a la mañana. Pero, ¿qué pasó en el hospital esa madrugada? ¿Qué consiguieron averiguar los médicos? Y sobre todo, ¿por qué la policía recibió la alerta? Poneos cómodos, porque empezamos un nuevo True Crime aquí, en Crónicas de la calle Morguez.

Empezaremos esta historia conociendo quién era Mary Joder. Nacida como Mary Louise Buckard, llegó al mundo el 18 de marzo de 1955 en la ciudad de Buffalo, estado de Nueva York. Era hija de Norma Janet Marie y Arthur Charles Buckard. Tenía cinco hermanas, Kathleen, Janine, Patricia, Sarah y Shannon. Se doctoró en medicina quiropráctica en Life Chiropractic College en el año 1986. Se casó en 1975 con William Joder y la pareja tuvo tres hijos.