ESPECIAL: De prisiones y tatuajes rusos 6m75a

Rusia, tierra vasta y de compleja historia. La percepción de la realidad se altera drásticamente al cruzar los muros de una prisión rusa. Un entorno cruel, despiadado y desolador.

Más allá de los barrotes, existe una sociedad paralela, con sus propias leyes no escritas, sus rangos y sus códigos. ¿Alguna vez te has preguntado cómo funciona el poder real dentro de una prisión rusa? ¿O quién manda cuando no hay guardias cerca? Su sistema penitenciario ha sido objeto de estudio dentro del campo de la criminología y la sociología del castigo. Lo que se ha ido conformando a lo largo de los años entre los muros de las cárceles de este país, ha llamado la atención no sólo a los estudiosos de la delincuencia naturales de Rusia, sino que ha trascendido sus fronteras.

En los próximos minutos hablaremos no sólo de ese poder invisible, las jerarquías, sino que también lo haremos de su lenguaje visible a la par que enigmático, los tatuajes. Para los sex, como se conoce a los presos, un tatuaje no es sólo tinta en la piel, es una biografía, un estatus social, un código de conducta y a veces una sentencia. Cada marca, cada símbolo, cuenta una historia de sus crímenes, de sus lealtades y de sus traiciones, y todo ello marca su destino.

Para entender el complejo mundo de las prisiones rusas, debemos viajar en el tiempo, a épocas remotas. Sus raíces se remontan al régimen zarista, en los sistemas de castigo que se conocían como la cártoga. La cártoga se originó en el siglo XVII, un sistema penal que consistía en trabajos forzados para prisioneros en Siberia y en otros lugares remotos. Era una forma de castigo severo y de control social.

Los presos estaban confinados y sobrevivían en instalaciones muy básicas en su día a día. Con la Revolución de Octubre, el gulag continuó la práctica de la cártoga, aunque en este caso se llegó a expandir mucho más. Aunque en la cártoga también se encarcelaban a presos opositores al régimen, el gulag fue más conocido por ello. Llegaron a existir 427 campos de trabajos forzados.

Con el paso del tiempo, las prisiones en Rusia se caracterizaron por la presencia de una estructura jerárquica informal y arraigada entre los reclusos. A día de hoy siguen existiendo y a veces llega a superar y apoderarse del control, por encima del sistema oficial impuesto por la istración penitenciaria.

Estas jerarquías no están reconocidas por el Estado, pero juegan un papel fundamental en las dinámicas de poder, las relaciones y la vida cotidiana dentro de las instituciones. Es un sistema complejo, tiene profundas raíces históricas y plantea desafíos significativos para el Estado de derecho. Las normas son rígidas y la jerarquía muy marcada y estricta. A lo largo de los próximos minutos vamos a conocer cómo se organizan los prisioneros de las cárceles rusas.