
CAMINANDO ENTRE MONSTRUOS 11: ¡Vienen los simiots! 5n702e
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Caminando entre monstruos es una sección realizada por Javier Resines para la Academia de los Nocturnos, el programa dirigido por Félix Friaza. Es un espacio en el que, cada dos semanas, mostramos el fenómeno de los animales imposibles de la manera más cercana y participativa posible. Lugares que visitar, películas que ver, libros que leer y mucho más tendrá cabida en esta sección. En la undécima entrega visitamos la localidad sa de Arles-Sur-Teh, a pocos kilómetros de la frontera española. Desde allí examinamos la existencia de los simiots, unas bestias salvajes a medio camino entre el hombre y el mono que llevan aterrorizando diversas comarcas sas y catalanas desde hace siglos. Espero que os guste… u4q45
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Muy buenas amigos de la Academia, soy Javier Resines y esto es Caminando entre monstruos, un espacio de la Academia dedicado a aproximarnos al mundo de la criptozoología, al de los animales imposibles de un modo cercano y participativo.
Juntos vamos a descubrir que lo extraordinario sucede muy cerca de ti.
En el espacio de hoy nos adentramos apenas unos kilómetros en la vecina Francia para descubrir uno de los enigmas más interesantes de nuestros viejos Pirineos, la posible existencia en sus bosques y cumbres de hombres salvajes que nos vienen acompañando desde la Edad Media.
Hablamos de los temibles Simiots y el lugar elegido para conocerlos es la localidad de Arles-Surtec.
Bernard corría y corría. La noche se le había echado encima casi sin darse cuenta.
En realidad nunca supo rechazar la tentación de un buen vaso de vino y no era la primera vez que hacía la carrera el pequeño camino que separaba la taberna de su casa.
Siempre se decía a sí mismo que ésta sería la última ocasión. Estaba en lo cierto, pero aún no lo sabía.
Esa extraña mezcla entre la oscuridad del ambiente y su embriaguez le envolvía, causándole siempre un sentimiento de desasosiego, casi de miedo.
Atenazaba sus sentidos al tiempo que le hacía estar alerta.
Las desapariciones cada vez eran más frecuentes. Hace tiempo que las aldeas vecinas comenzaron a echar en falta algún animal en las zonas más aisladas, con menor presencia humana junto al alimbre de los bosques, pero las noticias que circulaban últimamente hacían pensar que quien fuera que se llevara el ganado se estaba volviendo cada vez más audaz.
Los caminos cercanos a las poblaciones también eran asaltados por algo intangible, oscuro, maligno.
Se dice incluso que algunos vecinos se han evaporado sin dejar rastro para no volver a ser vistos nunca más.
Sobre todo aquellos que llenos de etílico júbilo desafían las normas que jamás han de saltarse.
No camines de noche, no vayas solo, no plantes cara a lo oculto.
Querido lector, vivir en Arles-Cirtec al final del siglo X no debía ser nada sencillo, sobre todo si hay que convivir con los temibles simiótes.
Bueno, lo que acabamos de escuchar es una pequeña dramatización del inicio del capítulo que dedico a los simiótes en mi libro, en mi novela Círculo de Buscadores.
La acción, como habéis podido comprobar, se sitúa en Arles-Cirtec, es una villa sa situada a pocos minutos de la frontera con Girona, que cuenta actualmente con unos 300 habitantes y que recuerda vivamente, a pesar del tiempo transcurrido, su historia común con estos temidos simiótes.
Bueno, ¿quiénes eran o son los simiótes? Se cuenta que desde el siglo X, unas monstruosas criaturas vivían en los bosques y en las montañas de esta zona sur de Francia, especialmente en la región de Vallespir, aunque también en la Garrocha, en la Cerdaña y en el Alto Ampurdá también.
Bueno, conocemos la descripción de estos simiótes casi de primera mano gracias a unos gogs que el gremio de portelanos dedicó a estas criaturas en la parroquia barcelonesa de Santa Marina del Pí, allá por el siglo XVI.
Los gogs, los gozos, son unos cánticos en honor a la Virgen y a los santos.
En este caso en concreto están dedicados a los santos Abdón y Senén, que veremos que van a ser parte protagonista de esta historia.
Y estos cánticos describen a los simiótes como unas bestias mitad humanas, mitad bestias salvajes, que vivían encima de los árboles más frondosos, en las montañas más altas, y que, bueno, tenían ya esta parte legendaria porque comentaban que provocaban con sus aullidos grandes tempestades de lluvia, de viento y de granizo que causaban devastadoras inundaciones.
Cuando entraban en lugares habitados asaltaban las casas y se llevaban a los niños recién nacidos a las moradas que tenían en los bosques. Se habla incluso de que eran realmente audaces y ya digo que se habla incluso de incursiones en algunas ciudades como en Barcelona. Como he dicho, la historia empieza en el siglo X, concretamente en el año 960, cuando se habla de unas bestias llamadas simiótes, que aterrorizaban a la pequeña ciudad de Arles y Utec, provocando estas tormentas aguardiadas, los granizos, que mataban a los animales y asolaban los campos y hacían esta época de verdadera hambruna para la población.
El abad de la población de Arles, Arnulfo, creía que el motivo de estas bestias
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