De paradojas y reciclajes 5d735g

Hola, soy Manuela de la Cruz, y esto es No me cuentes historias.

Hola de nuevo, ¿cómo ha ido la semana? Mejor no os cuento la mía.

Pero lo importante es que ya no queda nada para el equinoccio y el cambio de estación, que nos va a traer las mismas horas de luz a ambos hemisferios, ya que, como su propio nombre indica, se equiparan el día y la noche.

Recordemos que equinoccio viene del latín equinoctium, palabra compuesta por aequus, igual, y nox, noche.

Así que ya sabéis, como hablamos en anteriores programas, toca ya sacar la ropa colorida, y algunos ya hasta la de verano, aunque el tiempo no acompañe. Pero eso ya, cada cual como guste.

Esta semana queremos celebrar algo tan básico y necesario como es el agua.

Y es que, desde 1993, el 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, con el fin de destacar la importancia de una gestión sostenible de sus recursos.

El tema de este año es la conservación de los glaciares, ya que se están derritiendo más rápido que nunca, lo que, según la Organización de las Naciones Unidas, amenaza con provocar devastación, ya que los glaciares son reservas naturales de agua dulce, además de ayudar a regular el clima o proteger contra los peligros naturales.

Son muchas las cosas que podemos aportar para que esto se frene, ya que cada granito de arena cuenta.

Desde hace ya unos años se viene tomando conciencia del tema y se está viviendo un resurgir de la artesanía, desde la más tradicional hasta la que se une al reciclaje, como la de hacer jerseys con el pelo de tus mascotas.

Si buscáis, podréis encontrar varias pequeñas empresas que se dedican a ello.

Y es que el mundo de la moda también parece que está por la labor de reducir el consumo de agua, ya que según un estudio llevado a cabo por la Agencia de Medio Ambiente y Control de la Energía de Francia, se calcula que para la fabricación de cada par de pantalones vaqueros se utilizan alrededor de 10.000 litros de agua.

Para que os hagáis una idea de lo que supone, en una ducha de 5 minutos gastamos entre 75 y 90 litros.

Así que tomando estas cifras, por cada vaquero tendríamos una media de unas 120 duchas.

También se está trabajando en el diseño de ropa que se extiende y se adapta a los cambios de tamaño que pueda tener nuestro cuerpo.

La empresa Petit Pli comenzó desarrollando ropa para niños basándose en la idea de lo rápido que crecen y lo poco que la llegan a usar, pero ya están fabricando también ropa para adultos.

Si queréis echarle un vistazo, entrad en shop.petitpli.com Al igual que con la ropa, el mundo del reciclaje también trata de innovar con el fin de aprovechar más los recursos que ya tenemos sin necesidad de utilizar otros nuevos.

Ya os hablamos en otros programas de la implementación del reciclaje en la construcción de edificios, pero hay incluso quien fabrica ladrillos de todo tipo de material reciclado, como papel o plástico.

Pero también los hay ecológicos, hechos con hongos.

Todo esto, claro, gracias a la ciencia y a la investigación llevada a cabo por el micólogo Philip Ross, que consiguió dar con esta aplicación de los hongos en la arquitectura sostenible mediante la construcción de unos ladrillos totalmente orgánicos y biodegradables.

Y es que hay una clase de hongo, el micelio, que actúa como pegamento natural y tiene una gran consistencia, lo que lo convierte en un potencial sustituto de otros productos derivados del petróleo, ya que también puede ser utilizado como aislante térmico y acústico.

Pinta muy bien, aunque de momento sigue en fase de estudio.

Como decíamos, todo esto del reciclaje y la innovación viene de tiempo atrás.

Ya en 2012, investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Linares de la Universidad de Jaén publicaban los resultados de su trabajo en la revista Fuel Processing Technology, en el que se demostraba que los residuos de papel junto a material cerámico creaban un aislante que se podía utilizar en la construcción mediante su uso como ladrillos.

Pero en realidad podemos remontarnos aún más.

Mucho más.