
Despìerta y Vive: Serenata a la Luna. Vientos del Sur con Mark Schindler 146851
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Despierta y Vive. Serenata a la Luna. La búsqueda de la fama es una de las travesías más erróneas que el ser humano puede emprender. En nuestra cultura contemporánea, donde lo efímero a menudo recibe más atención que lo perdurable, nos encontramos inmersos en un bombardeo de imágenes y logros que parecen definir el valor de una persona. Sin embargo, cuando exploramos el propósito de nuestra existencia, surge el interrogante: ¿Es la fama realmente un destino al que debemos aspirar como nos hacen creer? A través del universo de la filosofía e interesantes biografias, podemos vislumbrar que el verdadero propósito reside en el propio camino, y no en el brillo transitorio de la celebridad. Si no estás dispuesto a replantarte todo, no te acerques demasiado a este audio y continua caminando con el resto del rebaño siguiendo a ídolos de barro pues este programa no es para ti; ahí muchos otros en los que te sentirás más cómodo. Aquí la idea es tener claro que ningún mar de aguas mansas hizo jamás a un buen marinero... tu decides. En la vasta y compleja trama de la existencia humana, nos encontramos a menudo atrapados en espejos distorsionados que nos han sido ofrecidos por una sociedad obsesionada con la fama, por las formas superfluas y por lo políticamente correcto aunque sea perjudicial intrisicamente por los bajos fondos que las promueven. Desde las antiguas enseñanzas de los filósofos griegos hasta las reflexiones contemporáneas, el pensamiento crítico nos invita a cuestionar este deseo superficial y, en cambio, reconectar con el verdadero propósito de nuestra vida: el camino personal y genuino. Espero que nunca tengas que recordar este audio por el simple hecho de que nunca lo olvides y lo hagas tuyo. Tomemos como punto de partida las enseñanzas de Sócrates, quien nos exhortaba a "conocernos a nosotros mismos". El principio socrático «conócete a ti mismo» parte de que debemos conocer nuestra alma genuina y comprenderla, para que podamos distinguir el bien y el mal y así podamos elegir el bien. Sin embargo en estos tiempos hay una maraña de intereses, de perdida de valores ,de almas débiles que son atrapdas por las sombras y está bien difícil en muchos casos alcanzar este punto. Este aforismo, que resuena a través de los siglos, nos invita a mirar hacia adentro en lugar de buscar validación externa. La fama, con su carácter superficial y fugaz, rara vez permite esta profunda autoexploración. En el frenesí del reconocimiento público, corremos el riesgo de perder nuestra esencia, de olvidar que el verdadero significado se encuentra en el viaje personal que cada uno de nosotros debe atravesar. Sócrates, al enfatizar en el examen de la vida, nos brinda una clave fundamental: la autenticidad frente a la aprobación social. La televisión, los nuevos aplicativos y las redes sociales han dejado de ser simplemente un medio de entretenimiento; se han convertido en un potente manipulador de nuestras mentes y emociones. En su afán por atraer audiencia, la gran mayoría de las cadenas y redes sociales priorizan el sensacionalismo sobre la calidad, presentando un espectáculo que distorsiona la realidad. Ver esta televisión o aplicativos que inundan nuestra pantalla o móviles con dramas exagerados y conflictos superficiales nos hace olvidar lo que realmente importa, deshumanizándonos en el proceso y convirtiéndonos en victimas manipuladas para que sus clientes te vendan cosas que no necesitas o pienses y actúes como ellos quieren (lo que se llama crear una corriente de opinión). Que por vestir esta u otra marca eres más "cool", que si no compras esto u otro estás desfasado... Además, la vulgaridad, alarmantemente se ha normalizado. Programas que antes se considerarían muy ofensivos ahora son parte de vuestra rutina diaria, convirtiendo lo grotesco en una especie de estándar de entretenimiento. Aquí radica un peligro latente: la exposición constante a este tipo de contenido puede afectar nuestra percepción de las relaciones, la moral y el comportamiento social. La falta de autenticidad y profundidad en los personajes que vemos refuerza una cultura de superficialidad, donde las emociones genuinas y los valores humanos son relegados a un segundo y olvidado plano. Los tontos (comprometiendo su salud física y mental) buscan imitar a actores (sin dotes de actualción) llenos de hormonas y de cerebros vacíos que no se han leído un libro en sus vidas y las vulgares buscan ser sus ídolas de Instagram que para alguien con dos dedos de frente o extrapolando sus comportamientos a otras décadas o culturas no pasan por ser más que imitaciones de señoritas de burdel barato. Esa es la cultura que vamos a dejar en herencia a las futuras generaciones... Gracias a Dios más allá de estos "Occidentes" hay lugares bellos y tranquilos donde refugiarse.. Es imperativo cuestionar lo que consumimos. ¿Por qué no apagas la televisión y te dedicas a vivir tu vida con tus propios criterios? Ya eres mayorcita/mayorocito para seguir tu rumbo sin que seas tratado como una oveja. Esto no quita que veas buenas películas sin importar la década en la que fueron filmadas, que veas buenos documentales que sean de tu interés pero todo con método y filtro... serás más feliz e infinitamente más auténtico. La verdadera conexión humana se encuentra lejos de las pantallas y redes sociales, cuanto más te acerques a esas cosas más te alejaras de ti mismo, te lo aseguro. Elegir no ver esta televisión actual es un acto de inteligencia y un paso hacia una vida más auténtica y significativa. Te lo puedo asegurar de primera mano. Platón, el discípulo de Sócrates, expande esta noción al hablar de la alegoría de la caverna, donde los prisioneros confunden las sombras proyectadas en la pared con la realidad misma. En este sentido, podríamos interpretar la fama como una sombra que, aunque llamativa, distorsiona nuestra percepción de la verdad. Al igual que los prisioneros que anhelan liberarse de sus cadenas, nosotros debemos liberarnos de la trampa de la fama y el consumismo. Pues eso, sin lugar a duda alguna nos distrae de la búsqueda genuina de conocimiento y propósito y, el tiempo pasa y no vuelve. El camino hacia la iluminación está pavimentado por experiencias auténticas, no por la búsqueda incesante de iración. Sal de la caverna y disfruta de la auténtica libertad. Resumiendo quieren que veas una realidad distorsionada atado a cadenas por sus intereses y cuando te libras de esas cadenas ves lo equivocado de que estabas con lo que creias. Harán de todo para que no te saques esas cadenas y sigas siendo sus prisioneros. Libérate de las sombras porqué la realidad es infinitamente más bella de lo que ellos te quieren hacen creer. El mundo sí es un lugar maravilloso, el amor verdadero sí que existe y no necesitas miles de cosas (en absoluto) ni alcanzar la fama para ser realmente feliz y pleno. Aristóteles, otro pilar del pensamiento filosófico, introduce el concepto de eudaimonía, o el florecimiento humano. Para alcanzar esta plenitud, debemos vivir una vida de virtud y reflexión y ahí es donde acabaremos siendo feliz. En pleno siglo XXI, los valores de estos tiempos se presentan como un obstáculo: el anhelo de ser reconocido puede desviar nuestra atención de la práctica de virtudes como la sencillez, la sabiduría y la justicia. La vida virtuosa no depende de la mirada ajena, sino de nuestros esfuerzos internos. Así, en lugar de perseguir incasablemente la fama y el dinero, Aristóteles nos sugiere abrazar un camino de desarrollo personal y a abrir los ojos, cultivando una existencia plena en armonía con nosotros mismos sin pensar en mostrarnos hacia los demás. Y para acabar esta pequeña reflexión traeros a Vientos del Sur a Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente del Holocausto. Viktor argumentó que el propósito se encuentra en encontrar significado en nuestras experiencias, incluso en las más difíciles. En su obra *El hombre en busca de sentido*, Frankl revela que quienes encuentran un propósito, ya sea a través de la creación, el amor conyugal o el sufrimiento transformado en crecimiento, son aquellos que verdaderamente viven. La fama (en contraste con todo lo que os he expuesto acompañado de mis ideas, de las de Sócrates, Platón, Aristóteles o Viktor) suele ser un objetivo absolutamente vacío; es la satisfacción interna genuina y la conexión con tu mundo interior verdadero lo que nutrirá vuestras almas y os otorgará un sentido de pertenencia en el vasto universo que es bello y perfecto. No he visto a ningún pájaro con depresión, no he visto a ninguna mariposa que se niegue a revolotear entre las flores de la primavera... espero que me comprendas y los vientos de este audio te traigan la autentica felicidad En conclusión, deseo que estas reflexiones que he compartido no solo resuenen en algún lugar del vacío de la incertidumbre actual, sino que también sirvan como un faro de luz para aquellos que, con corazones y almas puras, sienten (de alguna forma) que están apartados en esta era de confusión y falta de valores. Vivimos en tiempos en los cuales las sombras parecen haberse adueñado de muchas de nuestras interacciones y decisiones. Sin embargo, es precisamente en estos momentos críticos donde la búsqueda de la verdad y del bien se vuelve más esencial que nunca. No te rindas. No os rindáis. No debemos permitir que el ruido del mundo exterior contamine nuestro espíritu. En el vasto y majestuoso mar de la existencia, donde las olas de la soledad pueden juntarse con ferocidad y hacer daño, quiero tender una mano hacia aquellos que se sienten perdidos en su travesía. No están solos; somos muchas las almas de luz que eligimos caminar al margen del ruido ensordecedor de la superficialidad e intentamos nutrir nuestra esencia de autenticidad, nutrir nuestras almas de esa belleza sutil que reside en vivir sin las cadenas de las expectativas ajenas. En estas convicciones de autenticidad, encontramos la paz y la felicidad que emanan de ser nosotros mismos, lejos de los juicios y murmullos del mundo exterior. Aprecia cada paso en este viaje único porque ser una minoría es un privilegio que te hace especial, es un puente hacia la libertad de ser genuinos, de abrazar lo que legítimamente somos y vivir más verdadera e intensamente que el resto acumulado en el rebaño. Desde la Sala Copacabana en Almería. Vuestro amigo y anfitrión. Mark Schindler. 342jx
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
La búsqueda de la fama es una de esas travesías, créedme, más erróneas que el ser humano puede llegar a emprender.
En nuestra cultura contemporánea, donde lo efímero a menudo recibe más atención que lo perdurable, nos encontramos inmersos en un bombardeo constante de imágenes y logros que parecen definir el valor de una persona.
Sin embargo, cuando exploramos el propósito real de nuestra existencia, puede surgir un interrogante interesante.
¿Es la fama realmente un destino al que debemos aspirar como nos están haciendo creer? A través del universo de la filosofía y muy interesantes biografías, podemos vislumbrar que el verdadero propósito reside en el propio camino y no en el brillo transitorio de la celebridad.
Si no estás dispuesto a replantearte todo, no te acerques demasiado a este audio y continúa caminando con el resto del rebaño, siguiendo a ídolos de barro, pues este programa no es para ti.
Hay muchos otros en los que te sentirás con toda seguridad y certeza mucho más cómodo.
Para el resto, continuamos.
Porque aquí la idea es tener claro que ningún mar de aguas manchas hizo jamás a buen marinero.
Tú decides.
En la vasta y compleja trama de la existencia humana nos encontramos a menudo atrapados en espejos distorsionados que nos han sido ofrecidos por una sociedad obsesionada con la fama, por las formas superfluas y por lo políticamente correcto, aunque sea perjudicial intrínsecamente por los bajos fondos que las promueven.
Desde las antiguas enseñanzas de los filósofos griegos hasta las reflexiones contemporáneas, el pensamiento crítico nos invita a cuestionar este deseo superficial y, en cambio, reconectar con el verdadero propósito de nuestra vida, el camino personal y genuino.
Espero que nunca tengas que recordar este audio por el simple hecho de que nunca lo olvides y lo hagas tuyo.
Tomemos como punto de partida las enseñanzas de Sócrates quien nos exhortaba a conocernos a nosotros mismos.
El principio socrático, conocete a ti mismo, parte de que debemos conocer nuestra alma genuina y comprenderla para que podamos distinguir el bien y el mal y así podamos elegir siempre el camino correcto.
Sin embargo, en estos tiempos hay una maraña de intereses, de pérdida de valores, de almas débiles que son atrapadas por las sombras y está bien difícil en muchos casos alcanzar algún punto interesante de introspección.
Este aforismo que resuena a través de los siglos nos invita a mirar hacia adentro en lugar de buscar validación externa.
La fama con su carácter volátil, superficial y fugaz rara vez permite esta profunda autoexploración En el frenesí del reconocimiento público corremos el riesgo de perder nuestra esencia, de olvidar que el verdadero significado se encuentra en el viaje personal que cada uno de nosotros debe atravesar.
Sócrates, al enfatizar en el examen de la vida, nos brinda una clave fundamental, la autenticidad frente a la aprobación social.
La televisión, los nuevos aplicativos de este siglo XXI y las redes sociales han dejado de ser simplemente un medio de entretenimiento, se han convertido en un potente manipulador de nuestras mentes y emociones.
En su afán por atraer audiencia, la gran mayoría de las cadenas y redes sociales priorizan el sensacionalismo sobre la calidad, presentando un espectáculo que distorsiona la realidad.
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