
Descripción de Duccio. Arte gótico. 473m18
Sumérgete en el mundo espiritual y estético de Duccio di Buoninsegna, el maestro gótico que transformó la pintura italiana en los albores del Renacimiento. Desde los talleres de Siena hasta la majestuosa Maestà, este podcast explora la vida, el contexto y el legado de un artista que, con pinceladas doradas y rostros cargados de emoción, abrió el camino hacia una nueva sensibilidad visual. Descubre cómo Duccio unió lo divino con lo humano, lo bizantino con lo innovador, en una época marcada por la fe, la política y el despertar artístico de Europa. 513u12
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Muy buenas, ¿cómo estás? Hoy seguimos con la pintura gótica, que ya sabéis que he englobado en esa transición entre final de lo que entendíamos como una pintura medieval, inicios del renacimiento, y habla un poco de esa frontera en la cual la pintura y la manera que tenemos de entender el arte cambiará para siempre. No se trata tanto de hacer el historicismo y clasificaciones, sino de crear unas conexiones entre nuestro mundo actual, las referencias que hemos tenido sobre pintores, estilos, sobre maneras de entender corrientes que a veces son erróneas porque en un mismo lugar no sucedía lo mismo que en otro y tendemos a aplicar contextos de hace mil años a nuestro tiempo, como si pudiese solaparse, y no es así.
Para el vídeo de hoy he escogido a Duccio di Buoninsegna, que sería una de las principales referencias que tenemos en la historia del arte de la Escuela de Siena, y que tradicionalmente también se ha llamado a ese periodo en el cual se engloba Duccio duecento por las fechas, igual que luego vendrá el trecento, y es un poco ese prerrenacimiento italiano que va a cambiar el epicentro de las artes.
También es una manera de entender el arte a través de un nombre propio. Esto lo repito en todos estos vídeos, pero es importante. ¿Por qué cojo este periodo? Porque se puede empezar a hablar y conectar cosas que en verdad ya estaban allí, pero de una forma que la entendemos más similar a nuestro tiempo. Hasta ese momento no existe un artista que firme como tal y que entonces se ha reconocido. Empieza aquí y por eso tampoco se puede hablar mucho de biografías, porque no existe ese concepto. Tenemos datos perdidos, retazos, informaciones.
Hay un núcleo o un epicentro en Siena, una ciudad que quizá a día de hoy no es tan importante o no la tenemos tan presente, pero en aquel momento las artes eran muy muy importante. Estamos también en un periodo en el cual hay figuras clave que van a cambiar la cultura, como por ejemplo es el caso de la Escolástica con santo Tomás de Aquino u otros mitos del mundo de la cultura y de la religión como es San Francisco de Asís, que va a cambiar también la manera que tenemos de entender la cultura en general a través no sólo de sus poesías, de sus ideas, sino también con la creación de órdenes como los franciscanos.
Estos datos a veces los entendemos como pequeñas anécdotas dentro de la historia general o de la historia del arte a veces ni se comentan, pero influyen mucho. Es como cuando tratamos de entender el mundo contemporáneo y cualquier ensayo actual que se saque siempre alude a, por ejemplo, el 11 de septiembre, la segunda guerra mundial, la primera guerra mundial, acontecimientos que marcan un antes y un después y que también condicionan la manera que tenemos de entender la cultura, las artes, cómo se entremezcla con la tecnología o la ideología del momento, cómo se entiende política y socialmente un periodo, un lugar y en este caso figuras como la de Francisco de Asís es muy importante, sobre todo si entendemos que lo que es la escritura, el arte, la pintura, las miniaturas, los copistas, los monjes estaban aislados. No existía un arte como pasa en nuestro tiempo, donde tú compras una entradita de un museo, vas a ver o compras cosas y tienen que ver ya con el arte, como vimos en el vídeo de la Bauhaus, todo acaba relacionándose dentro de lo industrial.
Nada de eso existe, ni nadie entiende el mundo así, ni siquiera la idea de progreso existe como tal, que esto tiene que ver con momentos clave, en este caso la ilustración, la idea de modernidad, incluso la filosofía de Hegel, cómo se implementa aunque tú no la conozcas dentro de tu manera de entender el mundo, se van superponiendo, se van haciendo dialécticas, tienes la sensación de que el mundo va evolucionando hacia un lugar que tiende hacia un infinito y hacia un ideal.
Esto no es igual en este periodo, no sólo porque no conocen aún esa parte, sino que el mundo no se articula igual, entonces no importa para esta gente a lo mejor vivir en lo que nosotros consideraríamos como un periodo aislado, atrasado, oscurantista, que a veces se le da a esa edad media, incluso a esa alta edad media ya que va terminando, como si de repente el renacimiento diese la luz a todo aquello y cambiase las reglas.
Para esa gente lo más probable es que ese mundo no tuviese esa percepción negativa, sino que podría ser un orden del mundo correcto, porque las necesidades, las ambiciones que tienen a nivel político o incluso a nivel estructural más grande no existen igual. Igual que también nosotros tenemos una noción global o cuando hablamos de Europa como tal, en un momento de la edad media ni siquiera el concepto de país de España o de Francia existe, sino que hay reinos, hay señores y pueden compartir cosas en común, pero no existe esa pertenencia exactamente igual.
Pues bien, en un periodo así, momentos como el de santo Tomás de Aquino y la escolástica son trascendentales, igual que hemos hablado de Hegel o de Kant, cuando hablas de estética hablamos de arte, aunque no lo conozcas tampoco, te lo estás comiendo, te lo estás chupando, pero bien. Pues aquí sucede lo mismo con la escolástica, que dentro de la fe cristiana, que es lo que articula el mundo en todo el mundo,
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