Las élites barbarizadas se exhiben en los Goya 432v1r

Economía Digital presenta La Plaza. Buenos días, buenas tardes y buenas
noches, como ustedes prefieran. Gracias por sintonizarnos de nuevo,
gracias en definitiva por descargarse, por estar ahí en un nuevo episodio de La
Plaza, como todos ustedes supongo o la mayoría o una parte de ustedes saben, un
podcast, un vídeo que está producido por el grupo Economía Digital.
Estamos en un auténtico dilema, por si alguien no se había dado cuenta, el
momento actual lo define la guerra entre el huoquismo y el trumpismo y no hay
forma de salirse de ahí, es muy difícil. Se apunta uno a un lado, se apunta uno a otro. Si se
apunta al medio corre peligro de quedar descoyuntado o de quedarse en un
terreno peligroso. Todo pasa por ese cedazo y si no que se lo pregunten a los
organizadores o a los televidentes que asistieron a la gala de los premios Goya.
El debate entre una forma u otra siempre estuvo presente de alguna forma en el
aire, como el amor, sólo que en esta ocasión en esa gala
amanerada, hoguera de vanidades, hoguera no, pero casi como la definía una de las
productoras de la infiltrada que es el mundo del cine y en concreto la gala de
los Goya. Hay un artículo precioso de Ana Palacio, creo que en el mundo en el
que se refiere precisamente a esta lucha en la que la elección de Trump en los
Estados Unidos como nuevo presidente, por un lado, y por otro el agotamiento un
poco de lo que ha supuesto el huoquismo, nos está dibujando. Ese artículo habla
de, intenta comparar, intenta definir, define al trumpismo como una manera de
gobernar, de ser, de liderar que desprecia las normas jurídicas y ningonea las
instituciones. Todo es negociable para los trumpistas y su legitimidad emana
exclusivamente del poder, no de las instituciones. Me recordaba Sánchez, pero
luego parece que estábamos hablando de Trump.
Bueno, lo que ella define con el mighty right,
puedo, luego eso es lo que es conforme a derecho, lo que puedo hacer. Por su parte
el huoquismo sería, lo dice, dice que reclama un monopolio moral que justifica
el uso de herramientas autoritarias, entre ellas, por ejemplo, como se vio en los
premios Goya, la censura y utiliza estas herramientas autoritarias para implantar
una determinada visión que predica superior. El triunfo
no se sabe bien las normas que ellos proponen y en este caso se define en
negativo, evitar que triunfe la extrema derecha. El huoquismo subordina los
derechos individuales a la permanencia a un colectivo y crea, por tanto, jerarquías
artificiales. Es el artículo precioso, muy interesante, de Ana Palacio y los
premios Goya. Fueron un ejemplo de esta dialéctica o de esta más que
dialéctica, de este dilema, de esta diatriba en las que nos tenemos que
mover. Por una parte se celebraron en plena censura, en plena cancelación de
Carla Sofía Gascón, aunque luego ya empezaron a recoger velas y ya algo de
eso se vio, sobre todo con determinados comportamientos en esa gala,
comportamientos de personas siempre frágiles en sus convicciones o más que
frágiles, digamos, cambiantes con una cierta frecuencia de sus opiniones,
pero también en los recientes cambios que se han producido en la Unión Europea
con respecto, por ejemplo, al tema de la sostenibilidad. Todo pasa bajo esa lucha,
no de clases, sino de formas de entender el poder, que es el triunfismo y el huoquismo,
o al menos así lo veo yo, no sé lo que pensarán mis dos habituales invitados.
Pronto lo sabrán ustedes. Pues a falta de, para no caer en temas pasados, empezamos,
porque seguro que algunas cosas tendrán que decir. Alejandro tiene una visión muy
muy interesante sobre lo que pudo ocurrir.