La posible estrategia de Feijóo ante el gasto militar 103n2k

Economía Digital presenta La Plaza.

Buenos días, buenas tardes, o buenas noches, como ustedes prefieran.

Gracias, en cualquier caso, por sintonizar este nuevo episodio de La Plaza, que, como espero que todos ustedes saben, y si no se lo digo, es un programa de podcast, un vídeo, que produce, que elabora el Grupo Economía Digital, que supongo que también ustedes saben, y si no se lo digo, que es un grupo que trabaja con cabeceras como Economía Digital en sus diferentes ediciones regionales, finanzas.com, la revista Inversión, Medium, Tendencias Hoy, etc., etc., etc.

Existe, cuando preparaba este programa, estaba pensando que existe un cierto convencimiento, que existe en general en la sociedad, o existía, la idea, creo que interesada, creo que es una idea perezosa, de que nuestro sistema actual de libertad, de libertades, de participación ciudadana, de elecciones, nuestros sistemas democráticos, son prácticamente invencibles, y que no pueden o no van a llevar nunca al poder líderes autoritarios que tengan en su ADN pervertir precisamente esos sistemas de libertades y de participación ciudadana, que sean capaces o que se atrevan a tomar decisiones peligrosas que pueden llevar a nuestra sociedad al desastre, y no es cierto, no es cierto.

Aunque es verdad que la democracia es relativamente joven, desde una perspectiva histórica, está claro que en el corto tiempo que lleva en funcionamiento, ya ha sido capaz de albergar, de traernos a esos líderes que han puesto muchas veces a las sociedades al borde del precipicio.

No lo debemos descartar.

Estoy pensando, o hacía esta reflexión simple, sencilla, seguramente a raíz de las últimas declaraciones, decisiones hechas tanto por parte de algunos líderes europeos, como por parte de Trump, como por parte de Putin, etcétera, etcétera, etcétera.

Estamos en un momento en el que, bajo sistemas electorales vigentes y homologables, hemos llevado, han tomado el poder, líderes aparentemente autoritarios, y cuyas actuaciones, hoy por hoy, nos provocan más desazón que tranquilidad.

El caso más emblemático, porque es el que está tomando la iniciativa, porque eso que le corresponde es el tema de Trump.

El tema de Trump está haciendo, probablemente, y quizá eso sea la única parte positiva de su aparición, que en Europa empecemos a tomar conciencia de que la guerra puede producirse.

No sabemos de qué nivel, tampoco quiero ser excesivamente alarmista, ya hay guerra en Europa, en Ucrania, menos en Europa geográfica, pero con Trump empezamos a tener la sensación de que esa guerra puede ampliarse, esa guerra puede agravarse, ese conflicto, y puede afectar hoy a estados, a situaciones, a democracias, a sistemas que creíamos que eran inmunes.

Teníamos la sensación de que la seguridad transatlántica que defendían Estados Unidos y Europa estaba al albur de cualquier baladronada, cualquier amenaza por parte o de China, o de Rusia, o de otros regímenes, incluso del terrorismo islámico.

Hoy todo eso ya no está tan claro, o al menos no tenemos, algunos de nosotros, tanta confianza en que eso va a ser así.

Y de todo eso vamos a hablar porque eso está marcando inevitablemente, más allá de cosas que parecen anecdóticas ante esto que les estoy diciendo, anecdóticas entre comillas, no lo son.

Pero evidentemente eso está marcando también la política española.

Una política española en la que Sánchez se ha visto obligado, de nuevo, a dar un giro espectacular en su política y en sus propuestas.

Que no es que lo que había hecho anteriormente no fuera espectacular también, y no fuera realmente increíble.

Pero era menor comparado con lo que va a tener que hacer.

Y va a tener que hacer hasta el punto de que ya no lo será.