Episodio 201.El Feng Shui de tu escritorio: una radiografía de tu interior 4m184h

Bienvenidos y bienvenidas al episodio 201 de VerdeMenta, el podcast de Bohong Feng Shui.

Un podcast para personas que se responsabilizan de su vida. ¿Y por qué te digo eso? Pues te lo digo porque yo hace un tiempo no me responsabilicé de un tema que luego me pasó factura. Vaya que se me pasó factura. Al final, cuando no nos hacemos responsables de nuestras cosas, es como lo que se suele decir, la ignorancia de la ley no te exime de su cumplimiento. Cuando tú no atiendes cualquier área de tu vida, sea la que sea, sea la parcela de la salud, del amor, del dinero, del trabajo, de las relaciones, sea lo que sea, cuando tú no atiendes algo y cuando tú no te responsabilizas en eso, pues al final acabas pagando un precio. Nos guste más o nos guste menos, todo tiene una responsabilidad y eso es lo que me pasó a mí, que dejé de responsabilizarme, dejé de atender una área de mi vida, algo importante.

Pasó mucho tiempo que yo es que ni lo atendí, ni me fijé porque lo delegué, confié que se haría como yo lo haría, con la misma atención, con el mismo mimo, con el mismo cariño, con el mismo nivel de implicación, pero no fue así. No fue así y un día lo que me pasó es que me vino esa vocecilla, eso que te viene sin esperarlo, porque no sé si te pasa a ti, a mí a veces me pasa que estoy en calma, que se yo, me estoy pues no sé, peinando o estoy tomando el sol o leyendo un libro o viendo una película y de repente ¡pam! una vocecilla que sabes que no viene de la mente, es una vocecilla que viene de otro lado, es una vocecilla que tú ya conoces como tu intuición y que yo he estado mucho tiempo ignorando, pero que ahora ya no la ignoro, me fío muchísimo de ella. Pues bien, un día me vino una intuición, me vino esa vocecilla, que me vino a decir algo así como Marta mira esto no lo está supervisando bien, aquí algo no se está haciendo bien.

Claro, me quedé un poco así, dije vale pues voy a mirar y cuando miré efectivamente no se estaba haciendo bien, no había mala intención, pero sí desatención y me dolió, vaya que sí me dolió y sobre todo me dolió por no revisar, por no implicarme, por no estar en presencia, por no responsabilizarme. Yo estaba en otras cosas, estaba en mis historias y esa parcela de mi vida la desatendí y me di cuenta después de esto, que al final es un aprendizaje que me llevé, me di cuenta de que se había acumulado mucho desorden allí y ese desorden, ese caos pues ahora me tocaba ordenarlo a mí y limpiarlo yo. Lloré mucho, no te diré que no, lloré muchísimo, pero ya te digo, más que por el error, lloré por la frustración y por no haber atendido esa área, por haber soltado algo que era mío, por haber creído que no era importante ocuparme de eso y sí que era importante, vaya si lo era.

No puedo, no podemos tirar balones fuera, porque eso es infantil, no es que yo esto lo he delegao, bueno lo has delegao, pero es tu responsabilidad supervisarlo quizá, o yo esto, pues no, esto funciona solo, luego si las cosas no van bien no te quejes, porque es tu responsabilidad atender eso, porque si no, imagínate la pareja, es tu responsabilidad atender eso, atenderte a ti, atender a la pareja o atender a tus hijos o lo que sea, porque el día que esa persona decida irse o esa persona pues decida que ya no más o que tus hijos, por ejemplo, pues te digan pues mira hasta aquí, cuando tú no atiendes algo hay un riesgo de que luego pues esa persona decida hacer, irse o estar de otra manera o no sé, cualquier tema o yo que sé, o tú estás con tu negocio por ejemplo y no estás supervisando, pues si a nivel informático se está haciendo bien o a nivel de gestoría se está tramitando bien o si las personas que te llevan el marketing, si es que no, tienes que estar encima, porque si no, si tú no estás supervisando eso hay un riesgo grande de que pues un día eso tal y como lo conoces ya no esté. Así que yo ahí me sentí...