Hibagon, el yeti japonés 4c2z2t

Sin duda Japón es la cuna de criaturas que han pasado a la historia a través de películas como Godzilla, pero ¿qué hay de verdad en todo ello? No hablamos, claro está, de esa especie de dinosaurio gigante que destroza ciudades, pero sí de ciertos animales o seres que muchos afirman haber visto y que, tras describirlos, bien parecería que estuviesen narrando el mejor de los guiones de ciencia ficción japonesa.

Pero, quizás no sea así, y quizás estos seres sean más reales de lo que nosotros nos pensamos.

Pues bien, para hablar de uno en concreto que lleva más de 50 años en busca y captura, tenemos el honor de contar con quien, posiblemente, más sabe de estos animales, de estos críptidos.

Don Javier Resines, muy buenas y misteriosas noches.

Bienvenido a la huestia, a este especial viaje a Japón.

Muchas gracias, Bruno, por la invitación. Pues sí, criaturas bien extrañas y críptidas son las que vamos a descubrir hoy, desde luego.

Claro, Javier, estando en Japón posiblemente podríamos hablar de un sinfín de criaturas, incluso de animales que están ahí, en esa delgada línea que separa la realidad de ese mundo de la criptozoología, pero vamos a hablar del que posiblemente es el críptido por excelencia, que es el Bigfoot, pero lo vamos a hacer de un Bigfoot muy particular, uno que lleva en busca y captura más de 50 años en estas islas del sol naciente.

Efectivamente, se trata, bueno, su nombre es el Ibagón.

Sería, pues, la versión local, la versión japonesa de el Yeti o del Bigfoot. Es una criatura mitad hombre, mitad simio, que ha sido visto en diferentes lugares de Japón, pero empezó a verse en una región cercana al monte Iba, ya es su nombre, Ibagón, en la zona de Hiroshima, en los años 70 y desde entonces, pues, va tomando actualidad, de vez en cuando, va habiendo oleadas, como si habláramos del fenómeno óvnino, oleadas de sus apariciones y se trata, pues, como te decía Bruno, de una especie de Bigfoot local, es un pequeño tamaño de unos 50, unos 60 de estatura aproximadamente, muy robusto, un cuerpo completamente cubierto de pelo negro, gris o marrón oscuro, con una cara parecida a un triángulo invertido, con ojos saltones y una voz, los que han escuchado dicen que esto es una curiosidad que se asemeja a la voz, al sonido que emiten los delfines.

Como te decía, los primeros encuentros, los primeros avistamientos de estos Ibagones se producen en los años, a principios de 1970, en las montañas de Shugoku, en la perpetura de Hiroshima, concretamente en el monte Iba.

La primera vez que se le ve a un grupo de estudiantes que recogían hongos silvestres en los bosques de este monte, vieron esta criatura de aspecto simiesco, que se habría pasado por entre la maleza.

Ese año ya aparecieron un montón de Ibagones más por la zona, muchos avistamientos, un conductor de camión, vio en el mes de julio como una criatura bípeda, parecida a un gorila, atravesaba un sendero cerca de una presa por donde él estaba transitando.

La criatura, al darse cuenta que era observada, cruzó corriendo la carretera y desapareció en el bosque, retrocediendo sobre sus propios pasos, es decir, denotaba cierta inteligencia.

Tres días después, otro granjero fue el testigo de otro de estos yetis, cubierto de pelo negro, con cara grotesca, ojos penetrantes e inteligentes, decía él.

En realidad, hasta 29 personas dijeron haber visto a la bestia, con estas características que te estoy diciendo, tipo yeti, en esos primeros meses de 1970.

Incluso en diciembre de ese año se descubrieron unas huellas de esta supuesta criatura, de unos 21 centímetros de longitud, en la nieve del monte Iba, que se dieron por buenas, como pertenecientes a esto. Lo interesante del asunto del Ibagón no es sólo la presencia de este tipo de criatura en Japón, como en otros muchos lugares del mundo con distintos nombres, Yeti, Bigfoot, Yowkii, Masahaun, sino que aquí tomaron cartas en el asunto tanto el gobierno local, como la Universidad de Kobe, como la policía. Me explico.