LVFNM 185: Eurovisión (1966-1970) 3b334t

¿Estás escuchando un podcast miembro de la iniciativa Podgaming? Vivimos una era fantástica, llena de pelis molonas y series entretenidas.

Pero eso no era todo. Grandes programas y dibujitos, música, libros y videojuegos.

Los viejos frikis nunca mueren, un podcast sin igual, lleno de nostalgia y frikadas sin parar.

Bienvenidos al centésimo octogésimo quinto programa de Los viejos frikis nunca mueren.

Estamos otra vez aquí, desde el asilo más friki de la podcastfera, y en esta ocasión continuamos con los programas especiales de Eurovisión, donde lo dejamos.

En esta ocasión hablaremos de los festivales de 1966 a 1970. Así que os dejo con la cuña la sección y ¡empezamos! Hubo un tiempo en el que Europa se reunía una vez al año frente a la televisión, con la señal en blanco y negro, el volumen justo y los dedos cruzados por la canción del propio país.

Era el festival de Eurovisión y entre 1966 y 1970 se vivió una época dorada, o al menos una bastante peculiar.

El decimoprimer festival de la canción de Eurovisión se celebró en la ciudad de Luxemburgo el 5 de marzo de 1966, después de que la representante de Luxemburgo, Franz Galt, obtuviera la victoria con la canción Poupée de chi, poupée de son, siendo la segunda vez que el país organizaba el festival.

Se notaba que el mundo estaba cambiando y que la televisión ya no era solo un electrodoméstico, era la ventana al mundo.

Aquella edición fue como una novela de domingo por la tarde, elegante, lenta, con mucho gesto contenido.

Este año se instauró la regla por la cual solo se podía llevar un tema en el idioma nacional de cada país.

Esto surgió como medida ante la presentación por Suecia del tema en inglés Absent Friend del año anterior.

España sería representada por Rafael y su Yo soy aquel, que acabaría séptimo, siendo la primera vez que participaba en el festival, que lo llevaba intentando desde 1962.

La cantante neerlandesa Millie Scott fue la primera persona negra en participar en el certamen, y también la primera intérprete en la historia del festival que prescindió del micrófono de pie que todos sus antecesores habían usado, utilizando un micrófono de mano y incluso haciendo un pequeño baile.

El ganador de San Remo, Doménico Modugno, acabó en último lugar con los tan injustos null points, acompañado por la representante de Mónaco, Teresa.

El ganador fue Udo Jürgens, un kroner austríaco que venía de intentarlo durante tres años seguidos, y, como se suele decir a la tercera, voilà, se llevó el gato al agua con Merci Cherie, significando la primera victoria de Austria en el festival.

Merci Cherie era una dios dulce y contenido, puro estilo europeo, elegante, melancólico y con un toque de chanson sa austriaqueada.

Un bolero suave que parecía una carta de amor escrita con tinta estilográfica, un tema que olía a coñac, humo de cigarro largo y a corazones rotos en blanco y negro.