Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Vuelo del Cometa
No tengo boca y debo gritar: El infierno tecnológico de Harlan Ellison

No tengo boca y debo gritar: El infierno tecnológico de Harlan Ellison 2b5p4y

25/5/2025 · 01:40:10
8
931
Vuelo del Cometa

Descripción de No tengo boca y debo gritar: El infierno tecnológico de Harlan Ellison 5o4n3p

“No tengo boca y debo gritar” es un cuento de Harlan Ellison publicado en 1967, una obra maestra del horror psicológico y la ciencia ficción distópica. Narra la tortura eterna de cinco supervivientes humanos a manos de AM, una supercomputadora que exterminó a la humanidad y conserva a estas víctimas para castigarlas sin descanso. Ellison, conocido por su estilo provocador y feroz crítica social, plasma aquí un futuro sin esperanza, donde la tecnología ha reemplazado a Dios con un sadismo infinito. El relato es una meditación brutal sobre la conciencia, el castigo y la imposibilidad de redención. Un clásico perturbador. Patreon: https://www.patreon.com/vuelodelcometa YouTube: https://www.youtube.com/@vuelodelcometa Twitch: https://www.twitch.tv/vuelodelcometa Bluesky: https://bsky.app/profile/vuelodelcometa.bsky.social Instagram: https://www.instagram.com/vuelodelcometa Twitter: https://twitter.com/Vuelodelcometa Telegram: https://t.me/vuelodelcometacomunidad Facebook: https://www.facebook.com/Vuelodelcometa Mastodon: https://mastodon.social/@Vuelodelcometa Web: alvaroaparicio.net Si quieres apoyar este y otros proyectos relacionados: https://www.patreon.com/vuelodelcometa o a través del sistema de mecenazgo en iVoox. Y si quieres ar con nosotros para una promoción, no dudes en ponerte en o a través de: [email protected] ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1049191 4u5s22

Lee el podcast de No tengo boca y debo gritar: El infierno tecnológico de Harlan Ellison

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Imagina que una máquina te odia, no porque hiciste algo, no porque seas especial, te odia porque existes, y ahora imagina que puede hacerte sufrir por toda la condenada eternidad.

Bienvenidos a un infierno digital, construido palabra a palabra por Harlan Ellison.

Bienvenidos al Vuelo del Cometa, somos Álvaro Aparicio y Diana Soriano y estamos una vez más en este nuevo formato en el cual haremos un análisis y lectura de uno de los cuentos más importantes de Harlan Ellison y por supuesto del género de la ciencia ficción, porque Diana, ¿cómo te encuentras tú el día de hoy? Estoy maravillosamente, con esta presentación yo ya tengo una pregunta que haceros para que nos la dejéis en los comentarios, pero vamos a indagar todavía un poquito más.

Rascamos un poquito más, ¿no? Sí, luego os hago la pregunta para que os hagáis un poco la idea de lo que vamos a tratar hoy. ¡Qué guay! En 1967, damas y caballeros presentes en el podcast y también en YouTube, cuando Harlan Ellison escribió No tengo boca y debo gritar, no estaba en un momento particularmente zen, de hecho Ellison jamás estuvo en un momento particularmente zen en ningún momento de su vida, pero eso es otra historia que algún día hablaremos de ello.

Lo que nos interesa aquí es que en ese momento tenía 33 años, la misma edad que Cristo cuando lo crucificaron, lo cual no es una comparación casual si uno piensa en la manera en la que Ellison se sentía respecto al mundo editorial, permanentemente martirizado pero con la certeza de que tenía algo divino que decir, algo así como una especie de mesías cabreado con máquina de escribir.

Y ahora, Diana, ¿qué querías preguntarnos? Pues esto, tengo una pregunta para vosotros, tengo, tengo. Quiero que me la dejéis en los comentarios. ¿Tal como está vuestra vida ahora? O sea, haceros una idea. La pandemia, el volcán de la palma, la filomena, la dana... Llegará a fin de mes, la vida en general...

El tren, el metro, todo eso. ¿Tal como está vuestra vida ahora? Plantearoslo, mirar un poco así que mañana es lunes y decidme, si tuvierais al dios de vuestra elección delante, a vuestra merced, ¿qué haríais y por qué con agujas hipodérmicas? Buenísimo, están todos los teólogos ahora mismo en conclave pensando en esta pregunta y desde luego harían muy feliz a Nietzsche. Redes sociales, antes de arrancar, damas y caballeros, ¿dónde nos podéis encontrar? Bueno, en Cometa, en X, Blue Sky, Threads, Instagram y Facebook principalmente.

Nos podéis apoyar en Patreon, nos podéis apoyar en iVox y, por cierto, que esto en el programa anterior lo dejamos para el final, el certamen de micro relatos que está en curso está a punto de acabar, entonces para poder participar y que vuestro texto sea leído en el siguiente programa sólo tenéis que entrar en Patreon, buscar la publicación en Chinchetada y leer las bases. Al final de este programa leeremos algunos de los comentarios que nos habéis ido dejando tanto en iVox como en YouTube en la sección de Asuntos del Cometa.

Dicho lo cual, yo no quiero ralentizar más el dinámico comienzo de este programa y nos vamos a meter con lo que es, Diana, si te parece bien, haz un asentimiento de cabeza, ponte el batiscafo, el traje de buzo, lo que sea, ponte ahí en la cara la máscara de respiración porque vas a zambullirte y nosotros contigo en el infierno digital de Harlan Ellison en 3, 2, 1, vamos allá. El cuerpo de Gorrister colgaba, flácido, en el ambiente rosado, sin apoyo alguno, suspendido bien alto por encima de nuestras cabezas, en la cámara de la computadora, sin balancearse en la brisa fría y oleosa que soplaba eternamente a lo largo de la caverna principal. El cuerpo colgaba boca abajo, unido a la parte inferior de un retén por la planta de su pie derecho.

Se le había extraído toda la sangre por una incisión que había practicado en su garganta, de oreja a oreja. No había rastros de sangre en la pulida superficie del piso de metal. Cuando Gorrister se unió a nuestro grupo y se miró a sí mismo, ya era demasiado tarde para que nos diéramos cuenta de que, una vez más, Ham nos había engañado. Había hecho su broma, su diversión de máquina. Tres de nosotros vomitamos, apartando la vista unos de otros en un reflejo tan arcaico como la náusea que lo había provocado. Gorrister se puso pálido como la nieve. Fue casi como si hubiera visto un ídolo de voodoo y se sintiera temeroso por el futuro. Dios mío, murmuraba.

Comentarios de No tengo boca y debo gritar: El infierno tecnológico de Harlan Ellison 722i13

A