La razón y la emoción 1253w

Muchos ciudadanos compartimos un sueño colectivo que es al mismo tiempo individual: lanzar el chupinazo de los Sanfermines. El ayuntamiento de Pamplona promueve una fórmula que denomina popular pero restringida en el fondo. La mejor propuesta es más sencilla. Que el Ayuntamiento abra un plazo de tiempo, que se apunten cuantas personas deseen lanzar el cohete y que una mano inocente elija una papeleta con el nombre del seleccionado. Puro azar. ¿Hay algo más mágico que disfrutar de esa posibilidad?

Hay encuentros dolorosos en los que la reunión alivia la congoja. Conviven en esos momentos dos sensaciones contradictorias. De un lado el desconsuelo por la pérdida. De otro, el alivio por el encuentro, el abrazo, la ternura y la solidaridad.

¿Por qué disfrutar de unos días libres y encadenarlos en un puente no tiene buena prensa? Vivimos demasiado atados a una concepción antigua que exige sufrir, esforzarse y experimentar dolor. ¿Y si la vida no fuera de eso sino de divertirse y ayudar a los demás precisamente a que todo fluya y sea más alegre?

Hay una transformación social relevante que tiene nombre de mujer. Sin embargo persisten áreas en las que todavía la igualdad se está trabajando. Elllas, las mujeres conjugan mucho mejor dos verbos: críar y cuidar.

Frustra descubrir que alquilar una vivienda es un sueño imposible. Precios caros y ayudas oficiales insuficientes. Ser joven no resulta sencillo.

La vejez abre la puerta a situaciones difíciles pero deja que por ella puedan surgir experiencias que merecen la pena. Es recomendable vivir sin prejuicios porque en muchísimas ocasiones cuando yo cambio, todo cambia.

En ocasiones hay referentes cercanos, personas, ideas..., que olvidamos que están ahí y nos pueden ayudar. Las obviamos hasta el punto de abandonarlas y es entonces cuando reparamos en cuanto significado podían tener.

La mejor manera de estimular es animar, potenciar y evitar expresiones como "no puedes hacerlo". Fomentar este tipo de comportamientos refuerza las capacidades personales y una visión optimista de la vida.

Hay momentos en la vida que tratamos de retener, de sujetar, de vivir con entusiasmo. De las razones por las que eso ocurre y de la historia de un curioso cementerio en el que solo se contaba el tiempo feliz a la hora de ser enterrado va este podcast.

Si hoy fuera el primer día de todo y que todo lo miras con ojos nuevos. Podrías llegar a la conclusión de que la barbarie, el horror y el pesimismo gobiernan el mundo si te dejas guiar por lo que nos cuentan los medios y las redes sociales. Sin embargo, mira, observa y empezarás a disfrutar. La verdad no tiene una sola cara.

Antes de mirar los resultados de una acción en terceras personas es conveniente hacer un pacto con uno mismo. La vida está llena de sorpresas pero la principal habilidad es llevarse bien con uno mismo. Da mucha paz.

¡Calmaaaa! Eso es lo que alguien gritó en la sala de espera. O eso escuché yo. De repente hubo un parón. Pareció que el tiempo se congelaba. Se detuvo el movimiento, las miradas quedaron fijas en un punto, las agujas del reloj quietas y quienes antes circulaban revolucionados se frenaron en seco.

Cuando lanzo la mirada optimista descubro que todo está lleno de oportunidades. Cuento lo que me ocurrió en una piscina cubierta cuyo estaba perfectamente organizado. Y descubrirlo me envía a analizar el pasado, sus dificultades, sus estrecheces pero también la belleza de aquellos instantes.

Circulamos con aspecto de normalidad, de seres equilibrados pero de repente, un aleteo, un frenazo..., un instante incontrolado puede sacarnos de nuestra paz y hacernos explotar.

Vivimos pegados a unas entrevistas de trabajo que solo valoran las razones de la argumentación. ¿Y si alguien te preguntara por las emociones?