¿Sientes que algo en tu vida ya no ENCAJA? | Reinicia tu vida 596l4x

Bienvenida a este espacio donde vamos a estar tú y yo en intimidad hablando sobre transformación y cambio.

Sé que si este vídeo ha llegado a ti es porque es un momento en el que te estás transformando pero muchas veces estas etapas las vemos como algo negativo, como algo que da miedo, como algo que asusta, incluso nos alejamos de ellas y es el momento de abrazarlo y de que aproveches la oportunidad que esta puerta te está abriendo.

Durante muchos años yo he visto el cambio como algo negativo, incluso sin darme cuenta y hoy por eso quiero que le pongas luz para ver si esto te está pasando a ti también y sobre todo que te lleves recursos prácticos con los que poder llevártelo a tu día a día y que esta transformación que ahora estés viviendo sea una nueva etapa en ti y en tu propia vida.

Como te digo, muchas veces tenemos creencias muy arraigadas desde nuestra infancia que nos hacen ver que el cambio es algo negativo.

Por ejemplo, pensar que el cambio es algo inmaduro, que si fui una cosa y ya no me siento identificada con ello, que si elegí algo y ya no lo quiero, estoy en ese papel de niña caprichosa.

Y puede que sí o puede que no.

Lo que está claro es que el cambio es la única constante en la vida de cualquier persona porque desde que naces y eres un bebé hasta que te mueres siendo una persona adulta ha habido un cambio brutal en tu cuerpo, en cada célula.

Entonces es algo que está ligado a nuestra biología, que está ligada a la naturaleza, que está ligada al mundo en el que vivimos y que si lo aprovechamos es mucho más sencillo sentirnos en paz con la vida que tenemos y con la vida que creamos cada día.

También hay algo muy curioso que sucede en este proceso de cambio y es que tienes que estar viviendo muerte y vida.

Muerte y vida, muerte y vida.

Y esto conlleva un duelo y esa es una de las partes más difíciles.

Cuando nos adentramos en la maternidad, por ejemplo, cuando nos adentramos en los negocios, en tu trabajo, en tu carrera profesional, siempre hay una parte de ti que muere para dar a luz una nueva.

Cuando yo me convierto en madre estoy nueve meses gestando una vida dentro de mí que sé que me va a transformar.

No sabes cómo porque no sabes qué viene después.

Además, te preparas mucho como a ese punto en el que vas a dar a luz y luego es como el vacío, no sé qué va a pasar ahí.

Y a veces es complicado gestionar ese duelo, el saber despedirte de esa persona que ya nunca vas a volver a ser para dar la bienvenida a la que eres ahora.

Incluso se vive en procesos muy similares a nivel cerebral, neuronal, hormonal en la adolescencia.

También hay un duelo de ser niña a pasar a ser adolescente.

Incluso desde fuera parece que te conviertes en alguien rebelde, que no sabes lo que quieres.

Y yo creo que en estos momentos de transformación y que también a nivel biológico se está moviendo mucho dentro, tienes la oportunidad de conectar con esa esencia que normalmente hemos apagado.

Entonces, en este proceso de duelo hay que honrar la persona que ya no eres, la persona que dejas atrás.

Porque si no estás todo el rato con un pie en la vida y con un pie en la muerte.

Estás con un pie en la muerte de lo que ya no eres, pero queriendo seguir manteniendo esa identidad, esa persona, y con un pie en la vida, sabiendo que ya eres otra cosa, que ya tienes otras necesidades, que piensas distinto, que te quieres rodear de entornos diferentes, pero sin permitirte al 100% el dar el salto.

Y solo cuando te permites dar el salto es cuando todo lo bueno que esa nueva etapa tiene para ti puede entrar, puede entrar en tu vida.

Además ocurre algo en estos procesos de transformación y es que necesitamos el vacío.

Necesitamos ese salto, yo lo veo reflejado como si estuviésemos en un precipicio.

Estás en un lado del precipicio, hay un agujero que no sabes lo que hay y está el otro lado.

Entonces estás en ese momento de salto, no salto, salto, no salto.

Pero es que para llegar al otro lado hay que atravesar el vacío y queremos no sentir ese vacío.

Queremos llenar ese vacío de cosas para que parezca que el salto es mucho más pequeño.

Pero realmente si no te permites observar ese espacio en blanco, vivirlo, sentirlo, no vas a poder llegar al otro sitio soltando todo eso que ya no te pertenece.

Como te he comentado hay un punto de conectar con nuestra esencia que no nos permitimos porque da miedo.

Y da miedo porque de pequeñas tuvimos que apagar todo eso que éramos.

Ya sea con mensajes que recibíamos de nuestras figuras de apego como pueden ser nuestro padre, nuestra madre.

Ya sea con lo que veíamos también en nuestros referentes que en esa edad sobre todo de los hombres.