Sin límites 4762

Hola hola, bienvenida, bienvenido y bienvenides a este espacio donde las voces se amplifican, las barreras se cuestionan y las realidades se cuentan tal y como son. Esto es Sin Límites, un lugar para hablar, escuchar y aprender sobre diversidad funcional. Hoy queremos que nos acompañe en un viaje donde descubriremos historias que van más allá de la etiqueta. Vamos a compartir testimonios reales, entrevistas inspiradoras, reflexiones necesarias y, por qué no, también alguna que otra risa. Así que, ¿estás lista? ¿estás listo? Prepárate para escuchar, reflexionar y sobre todo sentir, porque esto apenas comienza.

Hola a todos y a todas. ¡Qué ilusión nos hace estar aquí! Hoy tenemos un episodio muy especial.

Somos un grupo de educadoras sociales con muchas ganas de contar lo que no siempre se ve, pero se siente. Así es, somos Carmen, Celia, Lupe y Miriam, cuatro estudiantes de educación social, pero también mujeres, compañeras y, sobre todo, apasionadas por lo que hacemos.

Esta época nace de nuestras vivencias, nuestras risas, nuestras dudas y nuestras certezas, porque ser educadora social es mucho más que un trabajo, es una forma de estar en el mundo, una forma de implicarse en el cambio. Aquí no venimos a dar lecciones, venimos a compartir, abrir el espacio para la reflexión, el diálogo y la emoción, porque nuestra profesión tiene mucho más de todo eso, emoción, reflexión y, claro, transformación.

Vamos a hablar de lo bonito, pero también de lo difícil, de las personas que hemos conocido, de los aprendizajes que no hemos llevado y de todo lo que aún queda por hacer. Así que, si estás dentro del mundo social o simplemente sientes curiosidad por saber cómo es esto desde dentro, ponte cómoda, ponte cómodo, que esto empieza ya.

Muy bien, ahora queremos adentrarnos en un término clave para nuestro trabajo, la diversidad funcional. Exacto, diversidad funcional es la forma inclusiva de referirnos a las distintas capacidades de las personas. Ojo, no hablamos de déficit ni de incapacidad, sino de diversidad. Cada cuerpo y cada mente funcionan de manera única y es fundamental entender esto, porque cuando hablamos de diversidad funcional estamos invitando a ver las riquezas que tienen las diferencias. Este enfoque pone el acento en la adaptación del entorno, no en la persona. Es decir, en lugar de arreglar a la persona, modificamos el espacio, las herramientas y las actitudes para que todos y todas puedan participar plenamente.

Y esto tiene un gran impacto en el día a día, desde un diseño arquitectónico accesible hasta el uso de pistogramas, subtítulos o sistemas de comunicación aumentativa. Todo suma para fortalecer la autonomía y el bienestar, pero no se trata solo de físico, también se trata de las actitudes. ¿Cuántas veces hemos escuchado comentarios que refuerzan los prejuicios? Cuando hablamos de diversidad funcional, también celebramos las fortalezas. Una persona con baja visión puede tener una perfección espacial extraordinaria, o quien utiliza sillas de ruedas diseña soluciones de movilidad que benefician a más personas.

Además, el término nos ayuda a romper prejuicios. Al hablar de diversidad estamos reconociendo que todas las personas aportan valor con sus distintas formas de ser y de estar en el mundo. En lugar de ver la discapacidad como algo negativo, la vemos como una oportunidad para crear una sociedad más inclusiva y diversa. Así que, si escuchas diversidad funcional, acuérdate, hablamos de igualdad de oportunidades, de derechos y de un entorno que celebra la riqueza de nuestras diferencias.

Con esto en mente, queremos presentarte algo muy especial. Testimonios reales de personas con diversidad funcional como lo son de Marta y Roberto, que nos han abierto su corazón. Y si te estás preguntando cómo se traduce todo esto en la vida real, qué significa vivir la diversidad funcional desde dentro, pues ahora lo vas a escuchar. Estad atentos. Hemos tenido la suerte de compartir tiempo con personas maravillosas de la Asociación A Toda Vela.