Tercer Grado - 02 - El asesinato de Susan Mayers 19351i

Agencia R.O.M. presenta Tercer Grado 2238, 15 de abril de 1978. Sala de interrogatorios 2. El asesinato de Susan Myers. Traumatismo cranial provocado por un objeto contundente. Habitación principal revuelta. Ya veo. Hay un retrato roto en el salón.

Pues esto parece en blanco y en botella, ¿verdad, señor... señor Myers? Yo creo que sí, señor. Debieron entrar a robar y la pobre Susan estaba en casa.

Ya veo. Solo por curiosidad, ¿usted dónde estaba? Yo me fui con los amigos a ver el partido de los Kings en un bar de Main Street, como solemos hacer. Fue al volver a casa cuando me encontré con todo eso. ¡Oh, Dios! ¡Pobre Susan! ¡Pobre, pobre Susan! ¿Podría decirme cómo se encontró la puerta de la casa? Sí, claro. La puerta estaba cerrada. De hecho, la tuve que abrir yo. Siempre me abría Susan, pero esta vez, aunque llamé varias veces, nadie abría.

¡Qué historia tan triste! Dice usted que todos los sábados va a ver el partido con los amigos.

¿No tendrá algún enemigo o algo parecido? Tenga en cuenta que es el mejor momento para acudir a su casa. Hombre, no le puedo decir que soy un santo, señor, pero la verdad es que no me imagino quién sería capaz de hacerme eso. De hacer eso a nadie. ¡No es justo! ¡Pobre Susan! Tiene los pañuelos ahí, a su lado. Pero es muy curioso. Lo único que hay roto en la escena del crimen parece ser que está solo en el salón de la casa, aparte del objeto con el que se agredió a la víctima. Que creo es un cuadro de usted y la víctima juntos. ¡Qué cruel es el destino! Sí, señor.

Supongo que es con lo que la pobre intentó defenderse. No sé explicarle. ¿Vienen el informe que han robado en la casa? ¿El robo? Sí, claro. ¿Cómo no va a venir? El dormitorio principal parece que está muy revuelto, ropa tirada, como si hubieran estado buscando algo. ¡Eso es! ¡Eso es! Cuando lo vi, apenas lo podía creer. Se habían llevado todas las joyas de Susan. ¡Nuestros ahorros! Todas no. Tengo delante una foto de la escena del crimen y su mujer aún tiene puesto un collar. Además, en la mano se ven varios anillos.

Parecen de oro. Ah, sí, claro. Supongo que no querría dejar huellas. O que no se hubiera fijado.

No sé. Ah, bueno. Nunca se sabe. Pero hay una pregunta que me ronda la cabeza. Si entraron a robar, que parece que es el motivo de tan lamentable incidente, ¿por qué matara a la víctima con una figura de mármol y dejarla allí en lugar de simplemente llevársela? Parece que tiene bastante valor. ¿Qué clase de ladrón es este? No lo sé, señor. Pero bueno, volvamos a usted. A ver si acabamos pronto y se puede ir. Ya tengo casi todo lo que necesito de usted.

Salió de casa y fue al bar a ver el partido. La verdad es que los skins llevan una racha lamentable, otra derrota. Sí, señor. En fin, ¿cuánto tiempo calcula que estuvo usted fuera de casa? Pues creo que tres horas. Quizás cuatro a lo sumo. Supongo que la pelea de bar tuvo que retrasar mucho el tema, ¿verdad? Perdone, ¿pelea? Sí. No he podido evitar ver su mano izquierda. Tiene usted los nudillos con un poco de hinchazón y rojos.

Ah, la mano. Sí, bueno, es una larga historia, pero no viene al caso. No se preocupe. Tengo tiempo de sobra. Y creo que usted tampoco va a tener a dónde ir en un tiempo. ¿Perdoné? Ah, nada, nada. Digo lo de la historia. ¿Qué han sido? ¿Cuernos? Oiga, ¿qué está diciendo? Que no soy tan tonto como parezco. ¿Quiere ver mis cartas? No. Venga, usted ya ha postado. Se las voy a enseñar. ¿De qué demonios? Lo primero es que apuesto a que su mujer, la pobre Susan, antes de abrirle a la cabeza con esa figura de mármol ya tenía un bonito recuerdo de su puño, ¿verdad? Oiga, ¿pero qué se cree? Yo no estaba allí. Ya le he dicho que...

Ah, sí, sí. Estaba en un bar. Y algún desconsiderado le dijo que...