
La Casa de Asterión: el laberinto interior de Jorge Luis Borges nnw
Descripción de La Casa de Asterión: el laberinto interior de Jorge Luis Borges 3k51z
La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges, es un relato breve que reinterpreta el mito del Minotauro desde una perspectiva insólita: la del propio monstruo. A través de una prosa cargada de simbolismo, Borges convierte el laberinto en una metáfora de la soledad, la diferencia y la espera. Asterión vive recluido en una casa infinita, repitiendo rituales, imaginando visitas que nunca llegan. La revelación final, sutil y brutal, transforma la percepción del lector sobre el narrador. Con apenas unas páginas, el cuento reflexiona sobre el destino, la otredad y la redención, desplegando el genio especulativo y poético de Borges. Patreon: https://www.patreon.com/vuelodelcometa YouTube: https://www.youtube.com/@vuelodelcometa Twitch: https://www.twitch.tv/vuelodelcometa Bluesky: https://bsky.app/profile/vuelodelcometa.bsky.social Instagram: https://www.instagram.com/vuelodelcometa Twitter: https://twitter.com/Vuelodelcometa Telegram: https://t.me/vuelodelcometacomunidad WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029Vb16aSZEawdwoA2TD235 Facebook: https://www.facebook.com/Vuelodelcometa Mastodon: https://mastodon.social/@Vuelodelcometa Web: alvaroaparicio.net Si quieres apoyar este y otros proyectos relacionados: https://www.patreon.com/vuelodelcometa o a través del sistema de mecenazgo en iVoox. Y si quieres ar con nosotros para una promoción, no dudes en ponerte en o a través de: [email protected] ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1049191 1101a
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¿Y si el monstruo no fuera el monstruo? ¿Y si todo este tiempo hemos estado del lado equivocados del mito? Hoy no vamos a hablar de héroes ni de victorias, vamos a hablar de encierros mentales, de soledad infinita y de un ser que en su laberinto sin puertas jugaba a encontrarse a sí mismo.
Borges nos invita a entrar en la casa de Asterión, pero cuidado, puede que no haya salida.
Bienvenidos al Vuelo del Cometa, somos Álvaro Aparicio, Humilde Escritor, Diana Soriano, Juglar 2.0, redes sociales, twitter, x para los amigos actuales, thread, brusca, instagram, facebook, lo que sea, ahí estamos.
Al final de este programa leeremos los comentarios de e-bots y de youtube y también leeremos, anunciaremos al ganador o ganadora del certamen de micro relatos de la presente edición, que por cierto las bases de la siguiente aún no se han publicado, pero os avisaremos por las redes sociales.
Vamos a meternos ya en harina, porque cuando Jorge Luis Borges escribe en la casa de Asterión no es el joven literato que busca su voz entre cafés de Buenos Aires y traducciones de Walt Whitman, tampoco es aún el mito viviente de la literatura universal.
En 1947 Borges es un tío de 48 años que ya ha cruzado el umbral de la madurez artística, pero todavía no ha recibido el premio Nobel, aunque ya hay quien empieza a preguntarse por qué demonios no se lo han dado, yo me lo pregunto aún a día de hoy.
Este cuento, la casa de Asterión que se publica por primera vez el 1 de enero de 1947, en la revista Los Anales de Buenos Aires, nace en un momento especialmente simbólico.
Argentina atraviesa una época política turbulenta, vaya sorpresa, como si alguna vez hubiese sido diferente, con Perón en ascenso y la intelectualidad en un estado de ligera ebullición, o de alarma según se mire.
Borges, por su parte, acaba de vivir una experiencia entre grotesca y reveladora.
En 1946 no han ascendido de bibliotecario a inspector de aves en los mercados municipales.
Lo de ascendido, entrecomillado, por supuesto, no es broma.
Esa fue la forma elegante en que el nuevo gobierno lo echó de la biblioteca Miguel Cane, con razones más ideológicas que istrativas.
Resultado, Borges renuncia y se convierte en conferencista profesional, un escritor con tiempo libre y algo de resentimiento bien dirigido.
Así que, querida Diana, ¿cómo estás, cómo te encuentras, jugular 2.0? Estoy encantada, estoy encantada de estar aquí.
Además, hoy es un día súper especial por varios motivos.
El primero es que vamos a hablar del señor Padre.
Padre ha llegado a esta casa para quedarse y vamos a hablar de Borges, por fin, después de 320 y tantos programas del Vuelo del Cometa, alegando que este señor es nuestro padre, hablando de él como si no hubiera un mañana, como si estuviéramos lavando los pies, como María Magdalena, en medio de un campo, lavándole los pinreles a Cristo.
Y nosotros aquí, hoy vamos a hablar de él.
Además, tenemos sendos dolores de cabeza monumentales, porque sí, señores, ya está aquí otra vez el calor.
El calor ha venido.
Ha empezado el verano, sí, ha venido para quedarse.
Sí, sí.
Viva el cambio climático, señoras y señores.
Disfruten lo votado.
Dicho esto...
Y por todo lo demás...
Sí, por todo lo demás...
Continuemos.
A continuación, continuar.
Vamos a arrancar ya con el programa, vamos a empezar con el primer bloque, porque, damas y caballeros, en lo personal, la vida de Jorge Luis Borges tampoco está precisamente llena de jugos artificiales a nivel sentimental.
Borges vive aún con su madre, Donia Leonora Cebedo, o sea, mi bisabuela o lo que sea, una señora tan lúcida y dominante como su hijo.
Perdón, mi abuela, no mi bisabuela.
Por un momento me he rayado.
Y comparte con ella un universo de rutinas, silencios incómodos, libros apilados, relación madre-hijo, hijo que ya tiene casi 50 años, cuando te vas de casa...
No es que Borges no haya tenido aventuras amorosas, pero digamos que en 1947 lo que le apasiona más que una pareja humana es una paradoja metafísica.
Se le había pasado.
Sí, bien iluminada.
Se le había pasado, yo creo ya.
Borges de retirada desde los 22 y medio.
Borges se frotaba con los libros, con los incunables, y como si no fuera suficiente con la política...
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