¿Sabías que...? 16. Crónicas de la vidas divergente en seres duplicados 4b3q33

Existe una dimensión, más allá de lo que es conocido por el hombre, donde el cosmos no sólo es más extraño de lo que te imaginas, sino más extraño de lo que puedas llegar a imaginar.

Dentro de este vasto y enigmático universo hay una anomalía aún más profunda. El cuerpo y la mente humanos, entidades tan complejas que incluso en su simplicidad nos desconciertan. Si crees entenderlo, si crees haber descifrado los misterios que te rodean, entonces no has entendido nada.

Y nosotros, en FisioShots, te desafiamos a adentrarte en este viaje, a explorar las facetas más peculiares del cuerpo humano. Prepárate, porque lo que está por descubrirse podría desafiar todo lo que crees conocer. Sabías que? 16. Crónicas de las vidas divergentes en seres duplicados. Bienvenidos a un nuevo episodio de ¿Sabías que? Este breve espacio de FisioShots destinado a descubrir las curiosidades más dispares de la fisioterapia. Somos vuestros anfitrionas Julia Fábregas y quien os habla Raúl Buñuel.

En la quietud de la noche, cuando el mundo parece detenerse, es cuando nuestro viaje comienza. Esta noche os traemos un estudio inquietante que fue hallado recientemente mientras se realizaba inventario en un almacén olvidado de la infame Universidad de Miskatónic, en Arkham. Entre manuscritos polvorientos y aparatos extraños, apareció un misterioso cuaderno de registros científicos que se remontan a principios de la década de 1910 y llegan hasta 1980. En él se detallan minuciosas observaciones sobre dos sujetos denominados únicamente como Henry I y Henry II.

Lo inquietante, queridos amigos, es que estos sujetos eran clones genéticamente idénticos.

Desde los 12 años, sin embargo, sus vidas tomaron caminos radicalmente opuestos. Henry I llevó una existencia marcada por la quietud, el estudio constante, la lectura obsesiva, sin más actividad física que la estrictamente necesaria. Mientras tanto, Henry II se embarcó en un camino de rigor físico extremo, entrenamientos de seis días a la semana, cuatro de fuerza, dos de cardio, acompañado por caminatas frecuentes y excursiones al aire libre. Preparaos, pues hoy nos sumergimos juntos en la lectura de este antiguo diario y juntos intentaremos dilucidar una porción de la verdad escondida en las sombras. Quedaos con nosotros, si os atrevéis.

En junio de 1915, han pasado siete años desde que iniciamos el experimento y las primeras diferencias comienzan a manifestarse. La adolescencia es ese periodo en el que nuestro cuerpo empieza a forjarse a nivel físico, metabólico, mental e incluso inmunológico, pudiendo determinar en parte nuestro futuro. En el caso del clono activo, Henry II está desarrollando una mayor masa muscular, densidad minera ósea, fuerza y flexibilidad, brindando a su vez una mejor condición cardiorespiratoria.

A su vez, el ejercicio le está dotando de una mejor sensibilidad a la insulina, estabilizando así la glucosa. Mientras la inactividad de Henry I limita su desarrollo músculo esquelético, acumula menos masa magra, más grasa corporal y cierta rigidez, además de resistencia a la insulina por su adiposidad muscular.