Temporada 1. Episodio 13. Libertad de expresión y discursos de odio 1b6j3v

Bienvenidas a Mujeres en Voz Alta, el podcast del Fórum de Política Feminista.

Somos abolicionistas de cualquier tipo de mercantilización de nuestros cuerpos y trabajamos por la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres.

En cada programa abordaremos los puntos clave de nuestra agenda, reflexionaremos sobre los temas que nos importan y daremos la palabra a las mujeres que nos inspiran.

Preparaos para un viaje hacia la igualdad, porque juntas somos imparables.

Comenzamos.

La libertad de expresión, considerada un derecho fundamental en las democracias modernas, se presenta como un concepto noble y deseable.

Sin embargo, se enfrenta a un desafío crucial en la era digital.

La delgada línea que separa el libre intercambio de ideas del discurso de odio.

Este último, que puede manifestarse en formas de violencia verbal, discriminación y estigmatización hacia grupos vulnerables, plantea interrogantes sobre los límites de lo que se puede y se debe decir en una sociedad que valora tanto la pluralidad de opiniones.

En un mundo donde las voces femeninas han luchado históricamente por ser escuchadas, la noción de libre expresión a menudo se ve desafiada por estructuras patriarcales que silencian, minimizan o deslegitiman las experiencias de las mujeres.

A medida que las plataformas digitales amplifican tanto las opiniones como los ataques, es imprescindible reflexionar sobre cómo garantizar el derecho a expresar ideas y a la vez proteger a individuos y comunidades de la hostilidad que erosiona la convivencia pacífica.

En este contexto, la discusión sobre la regulación del discurso de odio se convierte en un tema central para salvaguardar la dignidad humana sin sacrificar la esencia de la libertad de expresión.

Por lo tanto, es esencial cuestionar no solo quién tiene el privilegio de hablar, sino también qué se dice y cómo se dice, para así avanzar hacia una verdadera igualdad en el ejercicio de un derecho que debería ser universal.

Hoy charlamos con María José Moruno.

María José ha estado vinculada durante años a la política cordobesa y forma parte de nuestra memoria feminista.

Aunque ya jubilada, sigue siendo una pieza clave del movimiento en Andalucía y forma parte del Fórum de Política Feminista de Córdoba.

Pues María José, bienvenida y muchas gracias.

Pues nada, ¿no es de qué? Mira, vamos a empezar por lo más básico, porque como vamos a hablar de la libertad de expresión, que claro, es uno de los derechos más fundamentales en cualquier democracia, implica el derecho de todas las personas a expresar sus opiniones, sus creencias, sus ideas, sin temor a represalias, por parte ni del gobierno ni de cualquier otro actor.

Sin embargo, claro, la libertad de expresión no se trata de un derecho absoluto.

Por eso, claro, cuando hablamos de ella nos surge siempre, o por lo menos a mí, la pregunta sobre los límites que tiene la libertad de expresión.

Entonces, me gustaría empezar preguntándote qué sucede cuando la libertad de expresión al final se acaba convirtiendo en un vehículo para la propagación de los discursos de odio.

Pues mira, la libertad de expresión, yo creo que habría que abordar primero el concepto que tenemos hoy en día de la libertad.

En las sociedades democráticas, la libertad de expresión y expresión de cualquier índole, tanto lingüística como gestual, como de cualquier otro tipo, llega al límite de no agredir al que tiene al lado.

Porque si esto se permitiera, aquí no había sociedad conjunto, convivencial, de ninguna manera.

Luego, el concepto de libertad, si lo aplicas a la expresión, es lo mismo.

O sea, yo no puedo abrir la boca y con mi expresión lingüística causar un daño real a la persona a la que va dirigida.

Así surge lo que se llaman los discursos del odio, que incluso algunas veces ni son fruto ni de ningún odio que nazca de ninguna posición, sino que son fruto de, al no tener nada que decir, porque en esas cabezas hay poca cosa que decir, significarse a través de lo que se significa cuando somos chicos en los patios de los colegios.

Una agresión al otro, cuanto más tacos y más horrores se digan, mejor. Sin sentido ninguno.

La libertad de expresión, claro que tiene que haber libertad de expresión.

Libertad en todos los sentidos.

Ahora, ¿dónde se sitúan los límites de la libertad? Hoy en día, lo que hay es liberalismo, nos ha llevado a un individualismo que lo que nos lleva a decir, yo tengo libertad para todo.

Para todo lo que no agreda, hay de enfrente.